En Café Del Art homenajean la labor de los cafés y las tertulias literarias madrileñas ,durante finales del XIX Y primer tercio del siglo XX en la figura de José de Almada Negreiros (1893-1970), un creador y nombre único en la cultura portuguesa del siglo XX , escritor, pintor, ilustrador, escenógrafo , figura relevante que de la mano de su amigo Ramon Gómez de la Serna ,realizo una gran etapa creativa en nuestra ciudad , entre 1927 y 1932, periodo durante el cual estableció una extraordinaria red de relaciones con importantes nombres como Federico García Lorca.
Teniendo en cuenta el amor al rastro de Ramón, Almada le acompañara varias veces y paseara incluso por estas mismas aceras.
En estos años realizo multitud de obras, desde sus decoraciones del mítico cine San Carlos, cuadros para la linterna mágica de la tragedia de Doña Ajeda del musico Salvador Bacarisse y colaboraciones en Revistas significativas de la época, y folletines, desde su primera aparición en La novela semanal, ilustrando la obra Trasmundo de Tomás Bretón en 1923, incluso realización de anuncios para Cementos Cosmos y Ventanas de acero de Hijos de J.A Muguruza, que aquí se pueden ver
Sin olvidar sus portadas para Blanco y Negro
En esta Exposición, están algunas de sus obras en La Esfera, donde aparecen los 8 personajes que recreo de la comedia italiana,
Su ilustración portada de 1927 para la Revista de Occidente
Sus tres portadas de 1929 para Blanco y Negro
Algunas ilustraciones para la Esfera y La Gaceta Literaria, ilustrando narraciones de Gómez de la Serna o el poema de Abenamar.
Portadas para folletines como las dos que se muestran- “Una mujer como hay muchas “y “El tiro por la culata”
Como gran exclusiva, la recuperación de uno de sus dibujos para el cine San Carlos – “Vaqueros “y la ilustración dibujo de un borracho
También como homenaje y desde Portugal se han realizado en azulejos, algunas bellas creaciones como el de Chocolates portugueses, el fantástico arlequín con caballo, que invita a entrar en el café, sin faltar su maravilloso retrato con Pessoa, realizados por la fábrica TILES4YOU de Guimarães
Mención aparte, merecería su fantásticos murales para la fachada del Cine San Carlos, desgraciadamente perdidos para la ciudad de Madrid
Esta Exposición podrá verse durante los meses de mayo y junio, así mismo, tendrá una segunda parte con conferencias y también exposición en la Biblioteca Iván de Vargas de Madrid
José Almada Negreiros. Su obra escultórica madrileña dos veces perdida. (I)
Almada Negreiros es el ser impar en medio de la pintura y de la literatura portuguesa, sobre las que salta de trapecio en trapecio.
Su inquietud intelectual le lleva, entre otras ideas visionarias, a desarrollar una particular tesis futurista y cósmica, según la cual, el número y la geometría son los elementos de comunicación del futuro, como en un «flash-back» al pasado que es necesario retomar.
Apenas hubo llegado a Madrid, La Gaceta Literaria dirigida por Ernesto Giménez Caballero, a quien retrata, organiza una exposición de sus dibujos obteniendo grandes elogios del crítico Antonio Espina.
Comienza a participar en las tertulias artísticas, siendo más asiduo de la de los arquitectos del café Granja «El Henar» (donde se hace muy amigo de la mayoría de los arquitectos de la generación de 1925, Luis Lacasa y especialmente de García Mercadal) que de la literaria y artística del Pombo, si bien en esta última es acogido con los brazos abiertos por Ramón Gómez de la Serna, al que conoció en Lisboa dos años antes y al que le unirá una estrecha relación personal y profesional .
Conoce a Vázquez Díaz, Federico García Lorca, Regino Sainz de la Maza… tiene una actividad frenética; escribe tres obras teatrales de corte pirandelliano donde interactúan los actores con un público a veces estremecido por explosiones en el patio de butacas. García Lorca le comenta: te doy treinta años para que te entiendan. Como así fue.
Colabora como ilustrador en Blanco y Negro, El Sol, ABC, Crónica, La Esfera, Revista de Occidente dirigida por José Ortega y Gasset, Mundo Gráfico, Arquitectura… sin dejar de pintar, exponer y escribir; integrándose plenamente y por derecho propio en los círculos artísticos e intelectuales de tan brillante época.